Para que podáis conectar más conmigo os voy a dejar este trocito de mí y lo más importante, hablaré del gran responsable de este reto y proyecto, mi padre.

Empezaré diciendo que tengo un fuerte sentimiento de admiración por él.

Lo considero mi gran referente de vida porque a pesar de las adversidades siempre da todos los días lo mejor de él.

Siempre ha confiado en mí, incluso cuando yo menos lo hacía, me ha dado el impulso y el abrazo indicado en cada momento para crecer y llegar a donde hoy estoy.

Ya hace muchos años me inicio en este mundo como es la hostelería y empezó a enseñarme todo lo que sabía, que dado su grado de experiencia y profesionalidad consiguió que pudiera trabajar en eventos de diferente índole y yo de alguna manera sin que él lo supiera empezará amar lo que hacía, lo observaba como si hubiera un cristal y él no supiera que lo estaba mirando.

Mi padre tiene un gran potencial y talento para entender cómo es la gente y hacerla sentir bien, ¿será su humor, su transparencia o su elegancia a la hora de dirigirse a ellos?

Lo que tengo claro es que transmite lo más importante y que le hace destacar, confianza y seguridad.

Ser Maître le dejó tener contacto directo con bodas y en este caso el plato principal los novios, que para la tranquilidad de los mismos era saber que mi padre iba estar en ese día tan importante e inolvidable, es ahí donde estaba y está su papel más importante, cuando se podía observar la cara de felicidad tanto de esa pareja, a punto del sí quiero, como la de mi padre.

Llegaba a casa y nos contaba sus anécdotas y vivencias más cercanas, cara al público y cada vez sentía más de cerca que ese era mi mundo y que quería llegar igual de lejos que él.

Siempre me ha apoyado en cada una de mis decisiones, pero poder sentarme y contarle todo lo que mi cabeza quería proyectar ha sido la apuesta más difícil.

Gracias a él, tengo más ganas de mostrarle al mundo que esta es mi pasión y solo necesito compartirla con vosotros.

¡Te quiero papá!